domingo, 5 de febrero de 2012

Antonin Dvorak


ANTONIN DVORAK, en el cementerio Vysehradsky de Praga. El camposanto está repleto de escritores, pintores y músicos. La ciudad es preciosa. Es hora de ir reservando unos billetes.

Compositor. Principales obras: Danzas eslavas, Concierto para chelo, Sinfonía 9.

Dvorak dedicó sus últimos años a la ópera. La mejor es Rusalka, de la que guardo un recuerdo agradecido. Falleció poco después del estreno de su Armida: salió del teatro, se sintió indispuesto, llegó a su casa y murió de un accidente cardiovascular rodeado por los suyos. Corría el año 1904. Tenía 63.

Cuentan quienes lo conocieron que Dvorak, hijo de carnicero, fue siempre un hombre humilde: prefería el campo a la ciudad, tenía afición por la cría de palomas, daba largos paseos campestres y le gustaba tomarse unas cervezas de vez en cuando con sus amigos en la taberna del pueblo. Creo que esa bonhomía y esa cordialidad sencilla son también las que transmiten sus obras.

Sus funerales:



Vita enim mortuorum in memoria est posita vivorum.

No hay comentarios: