Cuantos hablan de mí no me conocen, y al hablar me calumnian; los que me conocen callan, y al callar no me defienden; así, todos me maldicen hasta que me encuentran, mas al encontrarme descansan, y a mí me salvan, aunque yo nunca descanso.
J. M., Mañana en la batalla piensa en mí.
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