CHARLES-VALENTIN ALKAN.
Cuando visité Montmartre no había escuchado nada de Alkan, así que no lo busqué. Es una buena excusa para volver.
Este pianista y compositor excepcional, que fue niño prodigio y cultivó la amistad de Liszt y A. Rubinstein, murió en 1888, cuando tenía 74 años. Obras: Gran sonata Las Cuatro Edades, Concierto para piano solo (!).
Su hijo explicó cómo murió su padre: quiso coger un ejemplar del Talmud de su biblioteca (era judío), y le cayó la estantería encima. Esta noticia es falsa, como se demostró después. También es falso que apareciera la siguiente necrológica en la prensa: "Alkan ha muerto. Tenía que morir para probar su existencia". Sin duda, es la broma de un enemigo no carente de ingenio.
Verdadera muerte: el portero oyó unos gemidos en el apartamento del músico. Entró y lo encontró en la cocina, cubierto con un enorme chubasquero. Lo llevó a su cama y allí murió.
No se puede negar que la versión del Talmud es más heroica.
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