lunes, 23 de enero de 2012

Père Lachaise

El cementerio de PÈRE LACHAISE tiene fama de ser uno de los más hermosos del mundo, y además cobija a difuntos de auténtico nivel. Es, para entendernos, el High End de todos los cementerios.

En una guía funeraria que me compré hace poco, un francés lo describe así: "Nada más vivo que el cementerio del Padre Lachaise durante un fin de semana soleado. Si disponéis de una guía o un mapa en la mano, os detendréis numerosas veces en busca de una tumba conocida dentro de este inmenso laberinto. Uno se cruza con gatos ocupados en sus cosas, grupos de extranjeros en busca de sus vedettes: los anglosajones buscan a Wilde y Morrison, los polacos a Chopin, los franceses a Piaf, Bécaud o Signoret-Montand... Uno puede observar también a homosexuales draggs, a góticos sombríos vestidos con cuero negro, a estudiantes de arquitectura o medicina en busca de Visconti o Monge, a poetas por Musset, a literatos por Balzac y otros más... sin olvidar a los creyentes esotéricos, que no son precisamente los menos, para ver al Dr. Encausse, Bonne-Maman o el espiritista Allan Kardec".

Es, en efecto, un laberinto, y el mayor espacio verde de París. Hay que ir con mapa para no perderse en sus cuestas, bajadas, caminos torcidos y bifurcaciones, entre la hiedra, los árboles y las tumbas enteras o en ruinas.

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