lunes, 23 de enero de 2012

Bela Bartok



BELA BARTOK, cementerio Farkasreti, Budapest, parcela 470.

Primero fue enterrado en el estado de Nueva York; en 1988, lo trasladaron a Budapest. Mejor: ahora está más cerca.

Compositor. Principales obras: Concierto para orquesta, Música para cuerda, percusión y celesta, El mandarín maravilloso.

Entendió que la música es música, venga de donde venga. Por ello, se interesó no solo por la música culta, sino también por la música folklórica y tradicional. Descubrió que la música húngara, pentatónica, está enraizada con la asiática y siberiana. Hay que imaginárselo recorriendo centroeuropa, los Balcanes y Turquía, a pie, como un excursionista, entrando en los pueblos, pidiendo a los más viejos que le cantaran canciones de su infancia, tomando notas en sus libretas. Recopiló y publicó una cantidad enorme de datos sobre la música popular europea. Hoy, seguramente casi toda se ha perdido. Hizo más: aprendió de ella y la aplicó en su música.

1940. En Hungría gobierna el régimen fascista de Horthy. Bartok se exilia a los Estados Unidos. Los músicos de allí intentan ayudarle, pero él se niega a recibir limosnas.

1943. Bartok no está a gusto en su nuevo país. Empieza a notar los síntomas de la leucemia. Da su último concierto. También escribe su mejor obra.

1945. Fallece en Nueva York.

Murió cuando se sentía más creativo. Sus últimas (o penúltimas) palabras: "Solo lamento que tenga que marcharme con las maletas llenas".

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