
Aquí está MARCEL PROUST.
Su gran novela: En busca del tiempo perdido. Eso es, en el fondo, lo que hace quien visita cementerios.
Distinguido, homosexual, sensible, cultísimo, maniático, enfermizo... Proust fue todo un personaje.
1905: decide cómo será su obra maestra. Se encierra en su casa, manda a sus criados que le hagan los encargos, cubre las paredes con corcho para aislarse de los ruidos exteriores, escribe de noche, duerme de día, bebe litros y litros de café, apenas come...
1914: estalla la Gran Guerra. Proust quiere alistarse, pero lo rechazan por inútil. Se dedica por completo a su novela, pasa días enteros escribiendo en el Ritz...
1922: sufre una crisis de asma y muere de una neumonía (o de agotamiento) el 18 de noviembre, cinco semanas después de pisar la calle por última vez. Se negó a recibir tratamiento médico.
En sus funerales, a los que asistió Joyce, se le tributaron honores militares.
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