lunes, 23 de enero de 2012

Paul Dukas




Cerraban el cementerio, estaba nublado y había poca luz, pero se puede leer: PAUL DUKAS.

Para encontrarlo hay que buscarlo: Père Lachaise, Columbario, segundo piso, nicho 4938. Sorprendentemente, había unas flores secas.

Dukas es recordado por El aprendiz de brujo, que popularizó Walt Disney en su película Fantasía. Fue amigo de Débussy y Saint-Saëns y se ganó la vida dando clases de música.

Murió en 1935 de una crisis cardiaca. Hacía veinte años que apenas componía nada de interés. No le importaba: decidió dejar de lado las glorias y los éxitos, y se dedicó a sus pasiones: su mujer, su hija, la historia, los libros de su biblioteca, los pocos pero buenos amigos... Maestro de la orquestación, sintió que era mejor componer poco y bueno, y luego callar, que multiplicar innecesariamente una producción deficiente o repetitiva. Muchos deberían aprender de él. La muerte súbita le impidió terminar una pieza inspirada en La tempestad de Shakespeare, que quizás hubiera sido su mejor obra.

Messiaen y Manuel de Falla le dedicaron sendas piezas (Pour le toumbeau de Paul Dukas), que conviene escuchar antes de visitar su tumba. También conviene llevarle una flor de un color vistoso, porque recibe pocos visitantes y el nicho está en una esquina sombría donde nunca llega el sol.

Mors certa, sed hora incerta.

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